Nuestra vida está llena de cambios y de situaciones
imprevisibles y es normal que, cuando tenemos que enfrentarnos a algo novedoso
o que no controlamos, sintamos inseguridad o incluso miedo.
Algunas veces, tratando de protegernos y huir de la incertidumbre, aplicamos el dicho de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Sin embargo, el miedo es una emoción natural, que forma parte de la condición humana, con lo que, cuando dejamos de hacer las cosas que nos importan por miedo, corremos el riesgo de estancarnos y limitarnos a nosotros mismos.
Algunas veces, tratando de protegernos y huir de la incertidumbre, aplicamos el dicho de “más vale malo conocido que bueno por conocer”. Sin embargo, el miedo es una emoción natural, que forma parte de la condición humana, con lo que, cuando dejamos de hacer las cosas que nos importan por miedo, corremos el riesgo de estancarnos y limitarnos a nosotros mismos.
La siguiente historia nos muestra el valor de atrevernos a correr riesgos en nuestra vida y enfrentar el miedo a lo desconocido
Había un emperador que era muy
temido en toda su comarca. Vivía en una tierra que siempre estaba en guerra,
así que tenía muchos prisioneros. Pero el emperador, en lugar de matar a los
prisioneros, los llevaba hasta una sala en la que había varios arqueros por un
lado y por el otro lado había una enorme e impresionante puerta de hierro.
Sobre esa puerta había figuras con calaveras llenas de sangre y otros dibujos
atemorizantes.
Cuando llevaba a los prisioneros a
la sala, el emperador, les hacía formar un círculo y entonces les decía…”A
todos ustedes les hablo; les daré la oportunidad de que elijan entre morir
traspasados por las flechas de los arqueros o bien irse por esa puerta sin
saber qué les espera detrás”.
Todos los prisioneros elegían morir
por las flechas de los arqueros antes que cruzar aquella puerta misteriosa que
tanto miedo les daba con la sangre y las calaveras.
Después de mucho tiempo, la guerra
terminó y un soldado le preguntó al emperador
“Mi emperador, solicito su permiso,
¿puedo realizarle una consulta?”
El emperador le dijo: “Soldado,
puedes hacer tu pregunta”.
“He tenido siempre la curiosidad de
saber que había del otro lado de esa puerta tan aterradora. ¿Podría usted
decirme?”.
El soberano le dijo: “Acércate a la
puerta, ábrela y tú mismo mira”.
Sigilosamente y con mucho temor el
soldado se acercó hasta la misteriosa puerta y, tembloroso” agarró el picaporte. A medida que iba
abriendo la puerta comenzó a iluminarse toda la sala con los rayos de sol que
entraban y, cuando terminó de abrirla, se sorprendió al ver un camino.
“Mi emperador ¿qué es este lugar?
¿adónde lleva este camino?” preguntó el soldado.
“Este camino es el camino hacia la
libertad. Todos mis prisioneros tuvieron la oportunidad de elegir la libertad,
pero ante el miedo de tomar un riesgo y cruzar la puerta misteriosa, prefirieron
no ser libres y morir por las flechas de mis arqueros. Ellos solos debían
elegir; esa era la oportunidad que yo les brindaba, pero ante el temor de abrir
la puerta misteriosa, preferían ser traspasados por las flechas de mis
arqueros”.
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ResponderEliminarhay que superar siempre los miedos...y los cambios siempre suelen ser positivos.
ResponderEliminarinteresante blog paula
Me alegra que te guste, muchas gracias por comentar :)
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